Para asegurar la durabilidad, seguridad y eficiencia del encofrado metálico en cada obra, es esencial aplicar un mantenimiento preventivo y correctivo adecuado. El mantenimiento preventivo consiste en realizar revisiones frecuentes, mantener las superficies limpias tras su uso y conservar los elementos en espacios adecuados que eviten su deterioro por corrosión o deformaciones. A su vez, el mantenimiento correctivo permite detectar y solucionar fallas como grietas, daños en las soldaduras o partes dobladas, evitando riesgos en el proceso constructivo. Esta práctica no solo mejora el rendimiento del encofrado, sino que también prolonga su vida útil y contribuye al éxito de cada proyecto.
